OTRA FORMA DE CONSUMIR



Desde el Mejillón os proponemos una forma de consumo que busca una mayor comprensión de los costes que tiene la alimentación humana para el suelo y para nosotros mismos. "Consumir sin consumirnos" es la premisa para promover un desarrollo sostenible con el medio ambiente y recuperar las cualidades beneficiosas de las hortalizas en nuestro organismo. Estas cualidades no sólo se reducen a los efectos sobre la salud, si no tambien a la experiencia sensorial que supone disfrutar por completo de la explosión de sabor de un tomate recién sacado de la mata, el olor que desprende una zanahoria al salir de la tierra o la gama de verdes y demás colores que podemos encontrar en una huerta. 

El Huerto Mejillón potencia los Canales Cortos de Comercialización mediante la reducción de la cadena de distribución a productor-consumidor, sin intermediarios y con la participación activa de todos sus componentes. Se trata de establecer precios justos y cadenas de confianza reduciendo costes de transporte y embalaje. En esta relación se pide al consumidor una mayor participación en todo el ciclo de la planta así como de la toma de decisiones referentes a los productos cultivados y demás temas logísticos.

Aunque en ocasiones estemos llenos de ruido y no podamos ni escucharnos el mejor audífono es la naturaleza, que nos devuelve los tonos de nuestro pentagrama. Cada acto tiene consecuencias, aunque no las veamos ni las sintamos; es por eso que debemos responsabilizarnos de nuestro propio consumo.

Pretendemos jugar, crear y divertirnos con la comida en una continua búsqueda de nuevas experiencias donde podremos descubrir las diferentes formas de cocinar una hortaliza y qué proporciona al organismo cada tipo de cocinado, recuperar sabores olvidados que ya no encontramos en la estantería de un supermercado o incluso compartir recetas entre todos los que participamos en el huerto.

Esta otra forma de consumir implica concocer las amenazas continuas a las que se ven expuestas las plantas y cuáles son los métodos más saludables para combatirlas sin crear dependencias de la planta o de nuestro organismo. Reducir al máximo los productos químicos y no irrumpir en los nichos ecológicos, respetando la flora y fauna autóctona, es como llamar antes de entrar. No sentirnos los dueños de ningún ecosistema y sobre todo entender que nos proporciona la vida en todos los sentidos. Es comprender y sentirnos parte de todo lo que nos rodea.






 

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