viernes, 10 de julio de 2015

"MALAS HIERBAS"


¿Dónde están los límites del huerto?, ¿dónde empieza nuestro cultivo y donde el silvestre?.....Realmente no existe límite, o no debería. Más bien dicho depende del esfuerzo del agricultor por luchar contra las "malas hierbas". Entiendo que este adjetivo debería desaparecer, ya que demuestra una actitud ante la flora silvestre, que es la que mejor entiende de estaciones, de sequías, de orografía del terreno, y que además es el origen de todas las hortalizas que consumimos( como la lactuca virosa, madre de las lechugas). Cuando miramos a la flora silvestre y vemos todo verde, sin matices, como si fueran todas las plantas homogéneas y pisamos simplemente para andar corremos el riesgo de perdernos uno de los tesoros más desconocidos y más cercanos que nos regala la naturaleza. Os invito a "plantar la planta del pie" en cada paseo que deis por el campo, a descubrir las plantas y sus propiedades, sus colores, sus bioindicadores, sus aromas y sobre todo el lugar que ocupa en el ecosistema en el que se inserta. Hablar de malas hierbas es un juicio de valor y las entendemos como malas porque no nos sirven o compiten con lo que nosotros sembramos. No hay nada más malo que la ignorancia, que genera comportamientos basados en el miedo desde realidades intrínsecas, sin contacto con el exterior. Con esto quiero decir que tanto en el huerto como en el campo hay multitud de plantas que podríamos aprovechar si las conociéramos un poco. Para eso hace falta un cambio de actitud, una germinación del espíritu que nos haga acercarnos a ellas. Este conocimiento es una aventura de la que no podréis desengancharos. Descubrir, identificar, asimilar, conocer..... y finalmente seguro que alguna planta silvestre llega a vuestros platos. En mis inicios no quedaba nada vivo cerca de un tomate o un pimiento, dejando el suelo completamente desnudo e inerte, y a las plantas como farolillos en medio de la noche invitando a gritos a cualquier huésped no deseado. Las circunstancias han hecho que de tanto andar con ellas uno se va relacionando de diferentes maneras y esta relación, como si de una persona se tratara, fue evolucionando. Así es como se descubren las plantas más presentes en el huerto, de paso se aumenta la diversidad y comienza a generarse un ciclo de interelaciones y sinergias entre flora y fauna. Esto es un seguro de vida ante las peores plagas. Y además nos ahorramos esfuerzo de cultivo!!!!, es la propia naturaleza que hace regalos sin mirar merecimientos. Son regalos gratuitos y para todos, es necesario cuidarlos para que las generaciones venideras puedan también disfrutarlos. A dia de hoy todavía ando luchando con algunas de ellas, como la cuscuta. Planta invasora y parásita de otras plantas. Pues el dia que me interesé también por ella descubrí que es una planta medicinal, y que hasta los mayores impedimentos en el huerto pueden ser oportunidades para el aprendizaje. Por supuesto que intento que no parasite el resto de hortalizas, pero os aseguro que la trato con más respeto que antes y no busco su completa eliminación. Aunque este es un ejemplo un poco extremo algo parecido me ha pasado con otras plantas. Os dejo dos perfectamente identificables en estas fechas.  La primera el Llantén o plántago; la segunda la verdolaga. La primera medicinal, en infusión o acompañando las ensaladas, y la segunda una delicia por su textura y jugo en ensaladas. Las descripciones las dejo así en un intento por activar vuestra curiosidad y buscar en el campo,  ayudados por las nuevas tecnologías, estas y muchas otras plantas.El mensaje que os quiero transmitir es que el respeto y la ausencia de prejuicios es la actitud correcta para desarrollar un huerto sano.  Una seria advertencia: no se come nada desconocido!!!!

Plántago

Verdolaga

Creo que esta vez a más de uno le costará llegar al final del texto......En los matices del color verde se esconden verdaderos tesoros.

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